La semana pasada el escritor Miguel Noguera, que estudió Bellas Artes, declaraba en El Español que “si yo hago lo que hago y de la forma en que lo hago, es gracias a haber visto propuestas de arte contemporáneo”....
Reig reflexionaba también, a través de Carmen, sobre la lectura: «proyectas sobre el texto la sombra de tus deseos o de tus temores, tu propia sombra que oscurece la página hasta que sólo lees lo que esperabas leer, y...
Reaparece, pues, un espectro: el Autor. Y con él, la serie de espejismos que trae aparejados, quizá el primero la Intención. Justo Navarro narraba sus efectos en El espía: «Angleton tenía razón, repitió, las arengas de Pound eran ejemplo...
Compareciendo un autor (aunque sea “invención” del lector) es fácil remitirse a un “plan secreto” que daría razón de las causalidades del texto, las que no explica la lógica del mecanismo narrativo. Pero, ¿qué hacer cuando aparecen fuera de...
Asociado a ese asunto, Reig introduce otro sobre el que se han vertido ríos de tinta: «a partir de ahí, construyes al autor a la medida de tu lectura. Porque no es el autor el que crea el libro,...
Naturalmente, la experiencia estética se produce en la intimidad. O produce la intimidad. O al revés. En todo caso comparten la misma esfera. Diferente de la otra, la de la identidad, que es la del género. Rafael Reig las...
Por el contrario, la identidad estaría lastrada por la antigua concepción cerrada, mecánica, del cuerpo. El narrador de La casa y el cerebro, de Edward Bulwer-Lytton, cita un experimento de Paracelso que es elocuente al respecto. «Una flor muere;...
Se perfila así una dicotomía interesante entre la identidad y la intimidad. Esta quedaría del lado de lo abierto rilkeano. Jon Bilbao nos da una idea reciente de su vastedad y viveza a través del narrador de «El castigo...
Vila-Matas prolonga a continuación su reflexión sobre el miedo y se refiere a la idea nietzscheana de que «favorece más el conocimiento general del ser humano que el amor, pues el miedo quiere adivinar quién es el otro, qué...
Otra continuidad la encontramos en Kassel no invita a la lógica. Enrique Vila-Matas se obsesionó con la necesidad imperiosa de memorizar el trayecto que le llevaba del hotel donde se alojaba al restaurante en el que llevaría a cabo...
Hay muchas continuidades, claro, prevaleciendo sobre dudosos tránsitos. Sergio del Molino, por ejemplo, señala una en Lo que a nadie le importa: «Es imposible desayunar con dignidad un chocolate con porras. Es un desayuno pensado para subrayar la servidumbre....
Elvira Navarro ha sugerido primero, errando por la periferia de Madrid, una continuidad entre la era pre-industrial y la industrial: “el paisaje ladrillista, la marabunta de edificios con sus coronas de antenas, se parecía al campo de Ortega Muñoz,...
Pero retengamos, todavía, aquel olor. O mejor, la idea del tránsito al que está asociado. ¿Sería aplicable a la era industrial periclitada la superstición a la que aludió Luisgé Martín en La mujer de sombra? Recordémosla: «Su tía Maribel...
No sé si allí valdría, pero sí desde luego en otras salas, la apreciación de Frank Bascombe a propósito de algo quizá totalmente diferente cuando pensó que era «pretenciosamente sencillo».
En el mismo relato, el narrador acude a una cita en un centro de arte contemporáneo y, al entrar, repara en un aspecto que suele quedar desatendido, algo que, precisamente, pone de relieve su carne: «La atmósfera de la...
Se desea poseer lo que la imagen tiene de material, de unicidad: esa pintura, la copia vintage de esa fotografía. El cuerpo del que emana su aura. Lo que tiene de reproducible, lo propiamente imaginario, más bien se desea...
Pero esa plusvalía de las imágenes, la que les da su sobrevivencia, naturalmente es codiciada, y de ahí su transformación en capital y los efectos nocivos derivados. Ricardo Menéndez-Salmón lo anota de pasada en Niños en el tiempo: «Antonio...