Casi 90 era como se titulaba su último espectáculo teatral que, entre la imaginación del futuro desde el pasado en la puesta en escena y una coreografía heredada tanto de John Cage como de las partituras temporales Fluxus, significaba una congelación de la intermedialidad como obra de arte total tan común a finales de los ’60.
Los Events que este mismo año pudieron verse en el Reina Sofía, sin barreras, en el espacio de exposición, entre el tráfico del público y la circulación de bailarines, y la serie de vídeos (con una selección en ubuweb) demuestran que, en algún lugar entre el minimalismo y fluxus, gran parte de la historia del llamado neodadá está aún por escribir.
Merce Cunningham, con los 90 ya cumplidos, acaba de fallecer, pero lo que es el final de una carrera, sin duda abrirá otra, la de la relación entre la danza y el arte contemporáneo, el cuerpo y el tiempo, el gesto y la experiencia y que, como la del cine y el museo, producirá otra historia más oblicua y transversal capaz de transformar, en conclusión, ambas instituciones y disciplinas.
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