Cuando se habla de educación en un centro de arte aún sigue haciéndose como una actividad periférica y supeditada al resto de eventos tradicionales y, supuestamente, naturales en los centros de arte de más diversa programación, desde exposiciones a conferencias hasta conciertos. Se da por sentado que el público debe contar con un saber especializado y que la institución, en el caso de que esta formación no exista, debe enseñarle de forma unidireccional, transparente e inmediata. Los tres medios son discutibles y presentan graves problemas: anulan al público, considerándolo como mero receptáculo, ignoran el intercambio, conversación o vivencia que éste pueda aportar y obvian la idea de educación como un proceso en marcha, sin una finalidad claramente definida.
Transductores es un proyecto complejo y múltiple de Aula Abierta, producido por el Centro Guerrero en colaboración con la UNIA y el Ministerio de Cultura, en el que se discuten estas asunciones y se desarrolla otro trabajo educativo, que pone en crisis los dispositivos de relación entre público e institución artística y, al mismo tiempo, ayuda a entender éste como un espacio que posibilita nuevas formas de relación en el terreno social.
Pese a que tiene una web propia, y debido al enorme interés que ha despertado y al desarrollo de una nueva fase en el espacio del Centro, pensamos que sería una buena idea que Javier Rodrigo y el colectivo FAAQ (coordinadores del proyecto) escribieran unas líneas sobre Transductores. Les cedemos la palabra:
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Con este texto queremos destacar algunos de los elementos de trabajo y estructuras que están constituyendo el proyecto de TRANSDUCTORES en estos días. Aprovechamos el estado de letargo veraniego del proyecto para explicar brevemente sus mecanismos pedagógicos insertados en la dinámica del Centro José Guerrero, y con ello poder aclarar algunos asuntos importantes sobre las pedagogías que trabajamos con TRANSDUCTORES.
Este texto para nosotros, como coordinadores del proyecto, responde a dos necesidades básicas:
1. Primero trabajar la contextualización y trabajo pedagógico del centro de arte a partir del proyecto.
2. Segundo, al mismo tiempo, buscar, o al menos intentar, encontrar una explicación pedagógica del proyecto, que inserte sus complejidades, y al mismo tiempo, explique el modo en que lo pedagógico se articula en este proyecto, tanto a nivel local, como de multiplicación final.
Por tanto, este texto quiere servir como un pequeño anticipo al texto que como coordinadores estamos elaborando para el proyecto TRANSDUCTORES, que de algún modo reúne los mecanismos políticos y las formas en que hemos ido relacionando, estructurando y articulando este proyecto híbrido, entre el campo cultural y el pedagógico dentro del Centro José Guerrero.
A modo de introducción_ TRANSDUCTORES
Este proyecto podemos decir surgen en la invitación expresa y directa del Centro José Guerrero a poder construir un trabajo pedagógico y relacional que tome en cuenta los ejes de la educación, las políticas del espacio y el trabajo de redes locales como elementos de trabajo.
El reto para los coordinadores del proyecto fue cómo pasar de un modelo de comisariado relacional y de archivo, elementos que conocíamos de exposiciones como Democracy de Group Material, Collective Creativity del colectivo WHAT, HOW & FOR WHO/WHW, la exposición del grupo de trabajo de NGBK de Berlín sobre Loraine Leeson (Art for Change Loraine Leeson Works from 1975- to 2005) o DESACUERDOS -con su gama de acciones y redes sociales-, a un archivo como elemento orgánico y pedagógico, algo vivo que se enraizara en lo local.
Este reto nos supuso alejarnos de un modelo de comisariado más formal, o sólo centrado en la recopilación de materiales de Aulabierta y otros colectivos afines, que conocíamos personalmente, y con los que afortunadamente algunos habíamos ya trabajado en el pasado. El reto era entender este proyecto como una experiencia mas dentro del paraguas de la caja de herramientas y espacio colectivo de Aulabierta, y no reducirlo a una simple colección de buenas prácticas con deseos empoderantes y buenas intenciones (aunque claro está que de esto también tiene mucho el proyecto). Por lo tanto, bajo esta mirada, pensamos en otras formas de coordinar y trabajar un proyecto del que podíamos entender que era necesario tanto archivar, como dinamizar, crear redes, y formular pedagógicamente aquello que estábamos mostrando, no solo en términos de exposición, sino en términos de eventos, acciones, y programas que precisamente trabajasen dentro de la institución aquello que muchos grupos que teníamos en mente predicaban con sus proyectos.
Más que un archivo, un archivo relacional: las relaciones y enunciaciones
Uno de los primeros retos que nos encontramos, a la hora de trabajar, de forma ordenada y con un cierto carácter sistemático y pedagógico, las prácticas que estábamos recopilando era su heterogeneidad y complejidad, tanto de situaciones (prácticas de Latinoamérica, de EEUU, de Londres, con ejemplos de París, Hamburgo, Viena o Estambul) como los medios y modos de trabajo: trabajo de intervención directa, de cartografía, de huertos urbanos, de videos colaborativos, de procesos participativos auto-organizados, de performances colectivas, mil dispositivos más que de hecho ya nos parece muy dificultoso encasillar o trabajar dentro del panorama de las artes visuales o el arte contemporáneo. Otro de los retos que quisimos afrontar era cómo enunciar estos trabajos y sus relaciones como procesos políticos y redes sociales, algo que conllevaría, y todavía hoy estamos trabajándolo, exponer otro tipo de materiales para visibilizar relaciones e interacciones entre gentes, contextos y medios de producción.
En este caso, pretendíamos ciertamente mostrar estos procesos ocultos como formas de entender los proyectos con sus saberes intangibles y políticas estructurales, algo que nuestra compañera y colega Aída Sánchez, recupera bajo la denominación de las políticas reales de los proyectos colaborativos. Este paso lo queríamos asumir sin perder por ello el formato de las producciones, pero insertando los contextos y diversas situaciones. Hecho este que nos llevo a construir una serie de fichas sobre los proyectos, y trabajarlos como estudios de caso, es decir no recetas al uso, sino ejemplos de prácticas desde donde poder extraer algún conocimiento potencialmente transferible a otras situaciones.
Estas fichas ahora mismo se encuentran en edición. Hemos pedido que se nos describan los origen del proyecto, los puntos débiles y fuertes, lo más remarcarble, las redes o personas de las que estas personas pendían, etc, etc. Las estamos revisando para poder mostrar en ellas elementos de los proyectos que vayan más allá de una descripción positivista o heroica, y que nos ayuden a entender las formas de construir, relacionarse y trabajar educativamente. Estas fichas serán parte de la publicacion del proyecto, y quieren servir como una bateria de proyectos que actúen como un libro de texto, abierto e inclusivo, que de itinerarios y caminos posibles a otros profesionales del campo, o que abra una nueva forma de comprender la pedagogía.
Otro aspecto que nos interesa trabajar, muy relacionado con el anterior problema de las fichas, son los modos en que trasmitimos y mediamos la información de los proyectos. Viendo las fichas y los proyectos, hemos tenido que asumir, y en esto ahora estamos luchando, la complejidad estructural y múltiples dimensiones de los mismos, intentando encontrar un lenguaje o modo de enunciación que se mueve entre la complejidad en que muchos proyectos colaborativos y de movimientos sociales vertebran en sus modos de enunciación, la mediación y transmisión clara de conceptos para públicos mas ajenos a trabajos de arte, activismo o movimientos sociales. Esta tensión es fruto de la dificultad de situar un texto entre un vocabulario barroco lleno de términos, y un texto simplista que reduzca matices o complejidades. En estos momentos esta dimensión la estamos solventando con dos formatos de ficha, uno mas corto y directo, y otra más larga y profunda, que de algun modo responda a dos intereses diversos: el de un profesor o educador interesado en un proyecto, y el de un estudioso o teórico más relacionado con los vocabularios de este campo. Al mismo tiempo estamos trabajando la señalética y descripción de los materiales, intentado esclarecer cómo son los materiales, para que sirvieron y que importancia pueden tener como herramientas pedagógicas. Esto es, como útiles que transmiten no sólo una descripción de un proyecto, sino los mecanismos e informaciones que construyen el proyecto, y que de alguna forma difunden un cierto saber pedagógico, o sobre como mediar y construir estos proyectos.
Más que una exposición, un proyecto pedagógico: la línea de trabajo secuencial
Si el modelo de exposición como archivo cerrado o hermético se nos quedaba un tanto pequeño, desfasado en la conceptualización de los contenidos, uno de los retos de nuestro trabajo consistió en plantearnos el potencial de todo este saber pedagógico una vez estaba recogido y reunido en un espacio como el Centro José Guerrero.
En este caso, desde nuestra experiencia personal como educadores y trabajadores en museos, una de las cosas que más nos preocupaban era no caer de nuevo en la teorización y muestra de prácticas educativas sin con ello no desarrollar al mismo tiempo prácticas o activar mecanismos plenamente coherentes con dichas prácticas. Por ello una de las cosas que más nos retó al trabajo de TRANSDUCTORES era cómo trabajar con el museo o centro de arte y convertir de algún modo este espacio y el proyecto en transductores ellos mismos. Es éste el motivo por el que el proyecto tiene una línea pedagógica continua y compleja que recorre transversalmente todo el entramado que lo constituye.
Esta línea, en un nivel de formación de grupos corresponde a diversas fases que ahora mismo estamos negociando bajo la coordinación del Centro y con la ayuda potencial de la Diputación de Granada: en el mes de abril se produjo la primera fase visible de transductores, con el seminario titulado PEDAGOGÍAS CULTURALES. Prácticas colaborativas y aprendizajes en red. En este seminario, trabajando con diversos grupos interdisciplinares, hemos podido diseñar al menos cuatro proyectos de intervención local, lo suficientemente contextuales para trabajar con entornos inmediatos (el pueblo Peligros, la Vega granadina o los barrios de Almanjayar o del Zaidín), pero lo suficientemente abiertos para ser transferibles, con sus matices y derivaciones a otros contextos. El objetivo de este seminario ha sido doble, por un lado introducimos y presentar el proyecto a una serie de estudiantes universitarios y educadores de la ciudad, y por otro lado pudimos aprender a trabajar y diseñar colaborativamente en grupos con inputs de diversos profesionales (teóricas, comisarios, profesores universitarios, educadores, artistas, etc..). La idea es poder llevar a cabo estos modelos de trabajo como una batería de acciones educativas desde el Centro José Guerreo como espacio multiplicador por la provincia de Granada y el contexto más inmediato del museo. En este sentido este proceso pedagógico no se detiene en este seminario, negociaremos estos contextos de actuación, e invitaremos a los alumnos y personas participantes del proceso, junto con profesores y otros profesionales del mundo educativo a un segundo seminario, paralelo a la exposición para testar, desarrollar y construir juntos estos proyectos educativos. Al mismo tiempo tenemos planteado un seminario internacional, invitando a algunos de los grupos expuestos, a poder debatir, dialogar y trabajar con grupo locales y, de este modo, poder catalizar y compartir otros espacios de conocimiento entre las redes locales.
Con este continuum pedagógico, la opción es poder establecer al final del proceso de TRANSDUCTORES, en el año 2010, contextos de actuación locales, partiendo de los grupos establecidos y proyectos diseñados a lo largo del 2009, promoviendo que se puedan añadir al archivo relacional, y que al mismo tiempo sirvan de ejemplos de prácticas y articulaciones reales del proyecto en el contexto de Granada, tanto urbano como provincial. Esta parte del proyecto la hemos denominado proyectos descentralizados. El Centro ha dedicado una cuantiosa partida presupuestaria para ellos, además de dar un apoyo amplio y toda su red de colaboradores. Algo que de hecho Aulabierta ha realizado siempre, al patrocinar que se construyan otras redes y procesos colectivos gracias a la activación de los proyectos y se incluyan más agentes, disciplinas y contextos de aprendizaje.
Más que un proyecto de comisariado, un proyecto pedagógico-cultural: los multiplicadores
Esta línea para nosotros tiene un claro primer final en la parte de trabajo que hemos denominado multiplicadores. Como hemos señalado, era muy importante poder activar el mismo museo, o al menos proponer su relación como centro de recursos, sobre todo a tenor de las experiencias del Laboratorio de Micro TV asociado a la exposición de Muntadas, o del Imaginario de Granada, a partir de la exposición de Martha Rosler. Estas experiencias, viéndolas con distancia, creemos que sirvieron a Aulabierta para poder estructurar formas de multiplicar y trabajar el museo y, partiendo de temáticas de producción cultural contemporánea, extenderlas y contemporaneizarlas en contextos diversos de la ciudad con acciones colaborativas y pedagógicas innovativas: no se trataba de justificar el trabajo de los artistas o las exposiciones, se trataba de experimentar pedagógica y culturalmente con sus contenidos en otros contextos, y de ahí producir nuevas mediaciones y producciones culturales, contextuales, afines, paralelas, y diferenciales con el conocimiento cultural de las exposiciones.
Bajo este paraguas, como coordinadores del proyecto, insistimos en esta faceta de responsabilidad ética del trabajo con y desde el museo, tuvimos claro que TRANSDUCTORES debería dispersarse y multiplicar sus conocimientos y ejemplos en otros contextos. En este sentido la cuestión de la mediación y distribución del conocimiento cultural que estamos construyendo nos parecería un eje clave: ¿cómo iba a afectar este trabajo al público? ¿Cómo podía ser efectivo de cara a profesionales interesados?, ¿qué podría sacar provecho un maestro con este proyecto? ¿Podría leer el catálogo un educador y hacerlo servir en una escuela? En este sentido, y con vistas a los efectos tras la exposición, planteamos que TRANSDUCTORES tuviera tres líneas de multiplicación, dispersión o diseminación vírica en otros contextos:
– El primero era el catálogo, entendido como un útil con fichas de estudios de caso, referencias abiertas, que de algún modo no ilustrara, sino complejizara los proyectos de TRANSDUCTORES.
– El segundo eran los proyectos descentralizados, una experiencia que nos centraba en la incidencia en lo local, y en potenciar el rol de centro de recursos pedagógicos del Centro José Guerrero.
– Otra tercera parte del proyecto era la itinerancia de la exposición, y es en ésta, donde nos vamos a fijar con más detalle para explicar el carácter de los multiplicadores.
La itinerancia de la exposición, en el caso de definirla con esta palabreja, la entendíamos de dos formas diferentes, y no por ello contrarias. En un primer momento pensamos que TRANSDUCTORES como experiencia metodológica, o como forma política de estructurar usos y mecanismos de diálogo, mediación y constitución del museo como espacio pedagógico, debería de encuadrar a estos usos como elementos claves, e incluso, diríamos prioritarios del proyecto. Es por esto que, y tal como el Centro José Guerrero ha cuidado y defendido, es importante comprender la extensión de la naturaleza pedagógica del proyecto. Entender esto nos lleva a percibir que TRANSDUCTORES no es una exposición al uso o un proyecto comisarial alternativo, sino que es un todo, un proyecto cultural que se basa en una serie de paquetes o baterías pedagógicas complejo, y no se podría reducir a una exposición itinerante más. Por lo que estamos estableciendo aquí, es importante remarcar que si el proyecto se transfiere a otro centro o se planea en otro lugar, sea siempre con otros multiplicadores locales, con otras redes que lo activen y lo reutilicen pedagógicamente (no tiene por que ser con nuestra secuencia de formación, puede ser con jornadas, mapeos, acciones especificas, etc?).
Un segundo momento de multiplicación, aún más complejo consiste en construir una estructura móvil que recoja y trabaje el proyecto como un archivo relacional realmente movible. Con esto pretendemos crear un dispositivo de transporte desplegable que permita a cualquier centro cultural, social, educativo, comunitario o entidad, usarlo, trabajarlo o alquilar ciertos contendidos del proyecto según sus necesidades: una biblioteca puede usar los ejemplos de AREA, Temporary Services o acciones de Oda Projesi relacionadas con la edición independiente, una escuela puede trabajar el CUP o algún proyecto de REPOhistory, un centro medioambiental puede fijarse en el trabajo de Ecobox, o el vídeo del CUP, un centro comunitario puede usar el trabajo de Towersong o DCPP. En este sentido, nuestra intención es que al menos siempre haya un miembro de Aulabierta activo, que vaya a los centros, dinamice el espacio, y pueda cogestionar su uso o las diversas acciones que se hagan. Con esto, si se quiere, queremos reseñar un modelo de trabajo de relación contextual, que aprenda de las acciones y experiencias de las misiones pedagógicas, pero sin tener que entrar en políticas de adoctrinamiento o iluminación del otro, sino más bien conversando y debatiendo los materiales del archivo de TRANSDUCTORES, cogestionando su activación en el contexto.
TRANSDUCTORES, en definitiva, es un proceso del que estamos aprendiendo todos los días todas las personas involucradas, y del que creemos queda mucho por aprender, una vez hayamos podido probar y experimentar su fase de multiplicación con otras redes, agentes y contextos, y hayamos podio ver como el proyecto se transforma y se «transduce» en otros contexto locales como un caja de herramientas. Es este sentido desde donde hemos asumido el diseño y desarrollo de este proyecto. Y es desde donde ha sido recogido como un reto pedagógico en un centro de arte, como una forma diferente de experimentar las pedagogías colectivas en los museos. Ahora nos toca ver qué pasará.
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