Precisamente el otro día Arcadi Espada llamaba la atención sobre una entrevista a Martin Hilbert en la que el experto en Big Data explicaba que la información digital va a superar en cantidad a toda la información biológica que existe en el planeta. La cuestión ahora es cómo interpretar esa cantidad abrumadora de datos: en torno a 10 ZB («Un ZB es un 1 con 21 ceros, lo cual no te dirá mucho. Pero si tú pones esta información en libros, convirtiendo las imágenes y todo eso a su equivalente en letras, podrías hacer 4500 pilas de libros que lleguen hasta el sol»).
Tenemos tantos datos y tanta capacidad de procesarlos, de identificar correlaciones, que no está tan lejano el día en el que pueda registrarse en algún departamento universitario «el estudio comparativo de la evolución urbanística, sociológica y cultural de Zaragoza y la evolución de un artista de rock». No hará falta esperar los quinientos millones de años que aventuraba Manuel Vilas en Lou Reed era español. Tendremos los datos. Tendremos los procesadores y los algoritmos para interpretarlos. Lo realmente valioso serán las hipótesis.
«Probablemente, tal paralelismo (el paralelismo entre la evolución musical de Lou Reed y la modernización de la red de carreteras y el transporte público españoles) es la primera vez que se señala en la historia de la humanidad, pero tiene su gracia.»
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