Tres escenarios de luchas colectivas…
En 2005, un grupo de activistas, urbanistas, artistas y ciudadanos deciden reunirse regularmente en emplazamientos problemáticos y simbólicos de la ciudad. Debaten temas relacionados con los conflictos sociales y urbanos y abren la discusión a nuevos ejes y aportaciones. Así generan una agenda de encuentros que desembocan en un proyecto pedagógico sobre la ciudad. Se van entretejiendo lugares, personas, discursos, relaciones, experiencias, saberes… Todo ello con el fin de entender otra forma de gestionar la metrópoli. Y así nace una universidad popular, abierta y libre, que sobrevive durante tres años.
Un grupo de alumnos y alumnas investiga el espacio público durante tres meses de 2008. Hace entrevistas, recoge datos, materiales, y replantea junto con un equipo educativo de un museo cómo mirar y estudiar su barrio, en la periferia de la ciudad. El grupo decide trabajar sobre la plaza que tienen al lado de la escuela de primaria. Unos diseñan una maqueta de plastilina pensando en un espacio polivalente. Otros diseñan unas camisetas que expresan los deseos de los vecinos. Y otros construyen un artefacto que recoge el pasado del barrio. Todo ello lo presentan en dos exposiciones, además de en un baúl que llevan a la alcaldesa de la ciudad, con sus saberes y reivindicaciones. Y así nace una escuela pro-activa, abierta, en red, transformadora y que genera investigaciones sobre otras formas de ciudadanía. La iniciativa se transforma en un programa de innovación docente que ya ha cumplido 5 años de trabajo.
Vecinos y vecinas comienzan a organizar desayunos al lado de un solar, situado en un céntrico barrio de una gran metrópoli, después de un taller sobre intervención urbana que les permitió usar dicho emplazamiento temporalmente como espacio comunitario en 2008. El objetivo era reivindicar el uso colectivo del solar a largo plazo a partir de acciones e intervenciones que permitiesen pensar otro tipo de ciudad. Entran varias veces en él y son expulsados. Entonces deciden escribir un plan de proyecto y usos del espacio y consiguen finalmente la cesión del solar. Este diciembre cumplen su tercer aniversario e incluso hay gente que ha celebrado su boda allí.
Transductores, vol. II: nuevas ciudadanías y escuelas en acción
Los tres ejemplos descritos forman parte de los trece estudios de caso que componen el segundo libro publicado por el Centro José Guerrero y coordinado por el proyecto de Transductores. Te invitamos a leer la nueva publicación para poder profundizar en estos escenarios e investigar de forma pormenorizada estas prácticas de nuevas ciudadanías donde se generan otras formas de relacionarse en el espacio público, de imaginar y co-construir las ciudades y los entornos donde vivimos y de producir nuevos modelos de educación activa y pedagogías colectivas.
Con el segundo volumen de Transductores, titulado “Pedagogías en red y prácticas instituyentes”, hemos querido dar continuación a la investigación que iniciamos hace tres años con Transductores, mostrando esta vez prácticas del estado español, así como cuatro textos más reflexivos sobre ejes y problemáticas que acompañan a estas iniciativas. En los tiempos actuales de crisis coyuntural de nuestra democracia y de la sociedad civil, y ante la necesidad de inventar e imaginarse nuevas formas de trabajar sobre lo colectivo, de reinventar nuevas instituciones públicas y de gestionar los comunes que construyen nuestra sociedad, pensamos que los ejemplos aquí recogidos muestran una posibilidad de cambio ciudadano real, sostenible y a largo plazo. Y lo hacen describiendo procesos, redes e iniciativas que desbordan la escuela, el museo y el espacio público a través de formas interdisciplinares de educación, prácticas culturales, activismo y arquitectura. Estas iniciativas están además descritas por sus propios actores de forma compleja, evitando hablar de paradigmas o relatos conmemorativos (no son recetas al uso sino laboratorios situados). Las descripciones de cada caso replantean las tensiones y problemas de tales prácticas de forma concreta y localizada, y nos brindan una oportunidad para aprender significativamente de ellas. De la misma manera, la publicación nos muestra formas en que es factible articular las nuevas luchas sociales teniendo en cuenta el papel que pueden jugar las prácticas culturales si las articulamos en luchas sobre lo público, lo social y el convivir colectivo. Estas prácticas actúan como laboratorios experimentales de ciudadanía y trazan un nuevo mapa donde replantearnos qué nuevas instituciones híbridas, entre cultura, educación y práctica ciudadana, podemos reivindicar en este más que inmediato futuro ciudadano que se está tejiendo.
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