En las páginas satíricas sobre arte de Ad Reinhardt había un chiste recurrente. Apareció en la primera que publicó en P.M. y lo repitió en las siguientes una y otra vez, hasta convertirse casi en una marca, colofón lo llamó Thomas B. Hess. Se ve un personaje que, señalando el cuadro abstracto que tiene a la izquierda, y buscando la complicidad del lector, pregunta burlón: “Jajajaja, ¿qué representa esto?”. A continuación, es el cuadro el que, inesperadamente, dotándose de atributos humanos (pies, brazo, rostro), increpa al tipo y, enojado, le devuelve la pregunta: ¿Y tú, qué representas?”. Lo publicó en 1946, cuando se estaba consolidando el expresionismo abstracto y, con él, la autonomía del Arte Puro en los EE.UU., su «independencia» del público. En los mismos años, en la Costa Oeste, se estaba consolidando el canon del cine clásico y, con él, la función social del arte, su capacidad para educar/adoctrinar y establecer el lazo social.
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