Se verifica, así, que al crítico cultural se le atraganta lo que al narrador le resulta natural. A través de Dotty, la montadora que va a enseñar a Vikar su oficio en Zeroville, Steve Erickson nos muestra cómo el artista asume sin remilgos la “falsedad” y cómo a través de ella alcanza la verdad. «Eso es editar, si me permites decirlo así. Elegir la toma. Eso nos lo está contando todo. Nos está contando cosas que ni siquiera sabemos que nos está contando. No nos está contando sólo qué piensan los personajes, nos está contando qué pensamos nosotros. Es manipuladora del carajo, eso no se puede negar, pero la cuestión es que todas las películas son manipuladoras. Cuando la gente se queja de que una película es «manipuladora», lo que en realidad quieren decir es que no es demasiado buena en sus manipulaciones, que su manipulación es demasiado obvia. Hace unos minutos pensábamos que Monty iba a llevar a Shelley al lago y a tirarla por la borda para ahogarla, y estamos horrorizados, estamos pensando cómo vas a hacer eso, está embarazada de un hijo tuyo, tienes que hacer lo correcto por ella. Después, en la barca, él parece haber cambiado de idea; es difícil saber si de manera consciente o le falta el valor, pero parece resignarse a una vida con ella, su sueño de Liz se aleja cada vez más, y ahora estamos pensando, aunque no nos demos cuenta, Jesús, ¿quieres hacer el favor de arrojar a esta pájara al lago de una vez? ¡Liz te está esperando! ¡La mujer más hermosa del mundo está desnuda en la cama, esperando a que vayas a su lado ya!»
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