Os dejamos el vídeo completo de la 4ª conferencia del Ciclo Cuarenta pinturas en busca de voz, celebrada el pasado 19 de mayo en el Centro José Guerrero.
Para conmemorar el centenario del nacimiento de José Guerrero, el Centro que lleva su nombre invita a escritores, historiadores del arte y artistas a elegir una obra de la colección para que sea expuesta, y a explicar las razones que motivan la elección. Todos ellos son buenos conocedores de Guerrero y de la colección del Centro; en muchos casos han estudiado a uno u otra. Pero esta vez se trata de una aproximación menos académica, más personal.
Verde oliva, 1979
Óleo sobre lienzo
182 x 132 cm
Colección Centro José Guerrero, Granada
La colección del Centro, compuesta por cuarenta obras sobre lienzo y veinte obras sobre papel, abarca un arco cronológico que permite conocer la trayectoria de un artista considerado por críticos
e historiadores como una referencia del arte español contemporáneo. Gracias a la generosidad de su familia, que puso a disposición del Centro la colección personal de José Guerrero, se seleccionó un conjunto de obras que permite observar las etapas más representativas de su trabajo: la influencia de Matisse y Picasso mediados los años cuarenta, la inmersión en el expresionismo abstracto en el
Nueva York de los años cincuenta, el impacto del pop art a finales de los sesenta, el hallazgo de un sistema formal propio a partir de los setenta y la plena madurez.
Verde Oliva (1979) forma parte de la etapa creativa de José Guerrero que Juan Antonio Ramírez vino en denominar «neoabstracta» o de «pintura-pintura», iniciada hacia 1975. La configuración formal de este cuadro podría verse anunciada en múltiples ensayos con papel en los dos años inmediatamente anteriores. Su construcción, a través del collage, queda supeditada a los bordes producidos por el rasgado: amplios en su dibujo, imperfectos en su definición y disidentes de la rectitud. Gestos que se delimitan por la geometría perpendicular del bastidor que los recibe, con varios efectos: la imposición de límites monumentaliza la figura de las manchas (otorgando una escala a estos componentes); subraya, por contraste, la irregularidad de sus límites y, por último, potencia el significado de los intersticios entre la presencia del color y las aristas del
soporte.
ANDRÉS NEUMAN
Hijo de músicos argentinos emigrados, creció en Granada, en cuya universidad fue profesor de Literatura Hispanoamericana. Es autor de novelas (Bariloche, Una vez Argentina, El viajero del siglo, Hablar solos); poemarios (El jugador de billar, El tobogán, La canción del antílope, Mística abajo, No sé por qué, Patio de locos); libros de cuentos (El último minuto, Alumbramiento, Hacerse el muerto); aforismos (El equilibrista,
Barbarismos); y un libro sobre Latinoamérica (Cómo viajar sin ver). Ha obtenido el Premio Nacional de la Crítica, el Premio Alfaguara y el Premio Hiperión. Fue seleccionado por la revista británica Granta entre los
mejores narradores jóvenes, sus libros están traducidos a 16 idiomas y su blog Microrréplicas está considerado como uno de los mejores blogs literarios en español, según una encuesta de El Cultural.
JOAQUÍN PEÑA-TORO
Licenciado en Bellas Artes y en Historia del Arte por la Universidad de Granada. Ha trabajado con insistencia en la pintura de precisión, habitualmente centrada en lo urbano y lo edificado; se interesa por los espacios residuales de la arquitectura contemporánea, las urbanizaciones de costa fuera de temporada o los bloques
de viviendas. Ha mostrado esta pintura en numerosas exposiciones españolas e internacionales, actividad artística que compagina en los últimos años con labores de comisariado. Colabora como ilustrador
con las editoriales Siruela o Bartleby, y con Hiperión y Pre-Textos como diseñador de las portadas de los poemarios El tobogán o No sé por qué y Patio de locos de Andrés Neuman.
To think, I was counsfed a minute ago.