Se dice en cualquier primera clase sobre el museo que se precie que éste nace de una contradicción en sus términos fundacionales. Debe conservar y mostrar a la vez, pero cuanto más muestra, menos conserva su patrimonio. Un derivado de esta contradicción de perogrullo es el del museo-mausoleo, o el del centro de arte-mausoleo, aquel que nace dedicado a la memoria de un artista (¿les suena?) que cuanto más se aleje de su función de memorial más cerca estará del centro de arte, pero cuanto más se acerque al centro del arte más lejos estará de la memoria que, en ciertos casos, posibilita su existencia. En la integración de estos términos negativos de andar por casa media la coherencia e interés de los museos-mausoleo, con un nuevo miembro en el club: el centro de arte dedicado a Jonas Mekas en Lituania , noticia bastante sorprendente, habida cuenta de los problemas del artista con su nacionalidad lituana y su condición de desplazado.