Un nombre que quizá a muchos no les suene de nada, y para otros constituya un artista, novelista, poeta y cineasta de culto. En esta semana anodina de final de julio, Isou se suma a la pérdida de Antonioni y Bergman, casi en el mismo día también. Aunque, por el contrario, es más que probable que Isou carezca de referencias, homenajes y citas en medios generales y especializados, por lo que me parece apropiado dejar constancia de su pérdida en este espacio.
Isou (Rumanía, 1925) fue el fundador del Letrismo, el movimiento heredero en Francia de los presupuestos del Dadá y Surrealismo en el exilio, y uno de los orígenes del Situacionismo. Sin duda, la figura de Isou se ha visto oscurecida por la recuperacón académica de Guy Debord en la universidad angloamericana y el excesivo personalismo con que se revisa el situacionismo en este contexto. Personalmente, no conozco demasiado la obra literaria de Isou, de la cual pueden encontrarse referencias aquí, o sonora, que puede saberse algo más aquí o escucharse aquí, pero me siento particularmente interesado por su obra cinematográfica, especialmente el Traité de bave et d’eternité (1951), un film originariamente de más de nueve horas, aunque estrenado con sólo dos, asincrónico, no diegético, con la presencia material del medio, que fue mal recibido en Cannes, pero enormemente influyente para cineastas como Stan Brakhage. El Traité suponía un experimento sobre la muerte del cine como discurso del siglo XIX, como género hermano de la novela, a modo de medio que abarca todos los medios, con presencia constante de trama, caracteres y narratividad. Era, en palabras de Isou, el germen de un nuevo cine propio del siglo XX.
Hasta que Pip Chodorov lo restaure y aparezca el dvd próximante, al menos eso es lo que se rumorea, aquí y aquí puede verse algo de Isou.
(thanks, Fitz)
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