Siempre me ha parecido una representación casi fotográfica la siguiente viñeta, publicada en algún número de los ’80 de Art In America, cuando la exposición blockbuster, también conocida como la exposición del siglo que se repite cada año, comenzaba a ser un fenómeno de masas y de crédito y rentabilidad para diferentes museos, que notaban cómo la publicidad extendida del evento que no puedes perderte en toda tu vida multiplicaba el número de visitantes. En la viñeta, lo que parece ser un grupo de ejecutivos se reúne en una mesa de oficina con un Mondrian y un Rembrandt o similar detrás, alguien ha propuesto una exposición sobre Jules Dupré, lo cual desata la ira del consejero delegado de estos supuestos ejecutivos y responde: ¿Jules Dupré, Wilkins? Estamos hablando de arte blockbuster, el blockbuster de Monet, de Picasso, empaquételos y mételos en una mega-exposición. La Escuela de Barbizon está a kilómetros de un blockbuster. Es entonces cuando nos damos cuenta de que esta reunión de consejeros y ejecutivos no es sino el conjunto del patronato de cualquier museo.
El Patronato, o el board of trustees anglosajón, es un comité que integra a académicos, coleccionistas, directores y conservadores de museo, etc. y que define la coherencia, interés y solidez del programa expositivo de la exposición. Una institución que ha sido objeto de la crítica institucional en numerosas ocasiones, caso de Shapolski et altii, el mapa del Bajo Manhattan de aspecto conceptual que Hans Haacke exhibió en el Guggenheim en 1971 y que resultó ser una representación de la especulación con viviendas de protección oficial y de la propiedad vertical en la que participaba uno de los miembros del Patronato del museo, el mismo que daba título a la obra, Shapolski. La exposición no sólo fue censurada, sino que acabó con la dimisión del comisario.
Pese a las críticas, pocas alternativas al modelo del Patronato se han planteado a día de hoy, tanto por parte de los artisitas como de los propios museólogos o conservadores. Por eso, me ha sorprendido bastante leer en una reciente entrevista a Manuel Borja-Villel, director del MACBA, que, en el curso 10kF de Recompensa. (El museo de arte contemporáneo vivo o muerto), éste será uno de los temas a debatir. Un ámbito, comenta, que continúa prácticas del s. XVIII, de despotismo ilustrado en concreto, imponiendo a la sociedad civil líneas de interés y actuación sin la representación de ésta. No sólo eso, sino, en palabras textuales: la sociedad civil debería estar presente en los Patronatos de forma más abierta, por medio de múltiples colectivos que hoy no están…¿Veremos, pues, a algún día a asociaciones cívicas presentes en la caricatura de Art in America, qué efecto tendría este golpe de democracia radical en la política y programación del museo? Contaremos qué se plantea entre el 15 y el 17.
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