Pero esa plusvalía de las imágenes, la que les da su sobrevivencia, naturalmente es codiciada, y de ahí su transformación en capital y los efectos nocivos derivados. Ricardo Menéndez-Salmón lo anota de pasada en Niños en el tiempo: «Antonio habló entonces del poder contaminante de las imágenes, del hecho de que excitaban en las personas el ansia de posesión».
It’s always a pleasure to hear from someone with exreetisp.