Os dejamos el vídeo completo de la 17ª conferencia del Ciclo Cuarenta pinturas en busca de voz, celebrada el 28 de junio de 2017 en el Centro José Guerrero.
Para conmemorar el centenario del nacimiento de José Guerrero, el Centro que lleva su nombre invita a escritores, historiadores del arte y artistas a elegir una obra de la colección para que sea expuesta, y a explicar las razones que motivan la elección. Todos ellos son buenos conocedores de Guerrero y de la colección del Centro; en muchos casos han estudiado a uno u otra. Pero esta vez se trata de una aproximación menos académica, más personal.
Cuenca, 1986
Óleo sobre lienzo
200 x 400 cm
Colección Centro José Guerrero, Granada
Además de ejemplo monumental de la fuerza y vitalidad que aún exhibía Guerrero en sus últimos trabajos, Cuenca evoca un escenario muy querido por Bonet, ligado a la memoria de Fernando Zóbel. «La que dio por el inolvidable José Guerrero, “pintor en Nueva York”, por decirlo con la definitiva fórmula del poeta Jorge Guillén, que lo había tratado allá, en el círculo de los García Lorca, fue una de las batallas zobelianas que más aplaudimos quienes vinimos después. Mientras otros le regateaban elogios a alguien al que encontraban “demasiado norteamericano” de cultura y de gama cromática, el fundador del museo percibió la singularidad y extraordinaria calidad de aquella obra pictórica que nos llegaba del otro lado del Atlántico, de la que no podía no seducirle –como había seducido a Juana Mordó, y como con el tiempo seduciría a críticos como José María Moreno Galván o Santiago Amón– la mezcla de una memoria granadina y de lo aprendido en el Nuevo Mundo, al costado de los action painters».
JUAN MANUEL BONET
(París, 1953) es crítico, comisario de exposiciones y escritor. Ha dirigido el Instituto Valenciano de Arte Moderno y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, forma parte de la Comisión Asesora del Centro José Guerrero y en el momento de la conferencia, era director del Instituto Cervantes.
Especialista en arte, fotografía y literatura del siglo XX, y muy específicamente en las vanguardias históricas, forma parte del grupo que, desde los años setenta, reivindicó la figura de Guerrero como un ejemplo para la nueva generación de artistas plásticos, y ha sido gran conocedor, estudioso y defensor de su obra a lo largo de los años.
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