Os dejamos el vídeo completo de la 8ª conferencia del Ciclo Cuarenta pinturas en busca de voz, celebrada el pasado 24 de noviembre de 2014 en el Centro José Guerrero.
Para conmemorar el centenario del nacimiento de José Guerrero, el Centro que lleva su nombre invita a escritores, historiadores del arte y artistas a elegir una obra de la colección para que sea expuesta, y a explicar las razones que motivan la elección. Todos ellos son buenos conocedores de Guerrero y de la colección del Centro; en muchos casos han estudiado a uno u otra. Pero esta vez se trata de una aproximación menos académica, más personal.
Black Ascending, 1962-1963
Óleo sobre lienzo
184 x 153 cm
Colección Centro José Guerrero, Granada
Para esta sesión, Juan Vida y Luis García Montero han querido hablarnos del cuadro Black
Ascending (1962-1963), entre otras cosas, por haber sido pintado en los años que José Guerrero dedicó a su introspección psicoanalítica.
Es probable que se trate de una de esas obras que el pintor consideraba cansadas, retomada meses después en alguna sesión de liberación de fuerzas, tan propia del automatismo psíquico. Todo indica que se trata de un cuadro encontrado en el acto de su negación, en su tachadura furiosa. El negro, en efecto, equilibra y tensa la superficie describiendo una diagonal ascendente de composición clásica, en la que los colores preexistentes son separados y definidos por el nuevo signo que los tacha como una brecha que culminara el fatigoso trabajo que le otorga al arte su condición de recién nacido. Pulsión de la muerte que engendra la vida nueva.
Luis García Montero (Granada, 1958), poeta, novelista y pensador, es un referente primordial de la literatura española contemporánea. Su extensa obra poética, sus ensayos sobre literatura o política y su reciente incursión en el campo de la narrativa han obtenido siempre el aplauso unánime del público y de la crítica.
Juan Vida, artista plástico nacido en Granada en 1955, ha elaborado una obra basada en la obstinada conjunción de la imagen y el pensamiento. Se confiesa un pintor esquizofrénico, que comienza sus cuadros con la fogosidad de los expresionistas para acabar pintando con un pincel extremadamente simbolista.
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