11S, 11M, 15M… Sí, quizá se haya exacerbado esa excitación de la periodización. Puede leerse bien en la Conversación con Manuel Borja-Villel que Marcelo Expósito ha publicado recientemente. Por lo demás, Lerner ya dejaba claro en Saliendo de la estación de Atocha su interés por las paradojas temporales (más que históricas). Ante una obra juvenil de Picasso que ve en Barcelona, escribe: «Podía convencerme de cómo el espacio se curvaba en torno a la figura o cómo se allanaba de pronto en otras zonas, pero no lo vi. Sin embargo, quizá viera la seguridad de un pintor convencido de que sus obras de juventud algún día serían analizadas en busca de las semillas de su genialidad, frase incómoda. Si la obra resultaba misteriosa era porque estaba hipotecada; tomaba prestado de logros futuros tanto como los avanzaba».
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