CONTINUARRACIÓN. SOBRE SUEÑOS Y CRÍMENES
Dora García
Centro José Guerrero, 2014
191 páginas
12 €
Textos: Francisco Baena, José Luis Chacón, Salvador Elizondo, Dora García, Francisco García Tortosa, Max Kleiner, Justo Navarro, Ricardo Piglia , Antonio Pomet, Yolanda Romero
Como parte de un puzzle inabarcable e interminable, que es lo que constituye la obra de todo artista, “Continuarración” presenta una acumulación de fragmentos que, al presentarse unidos, junto con nuevas partes, y ofrecerse a espectadores diversos, se convierte, a la postre, en el germen de algo nuevo. […] La unión de estas obras fragmentarias dibuja un mapa de conexiones que nos llevan de un lugar a otro, de un personaje a otro, de una historia a otra, pero que nunca se muestra completo. Yolanda Romero. Lacan se alejaba de Freud cuando aseguraba que la producción artística no es interpretable y que esta antecede al psicoanálisis en sus hallazgos. Solo que el arte expresa, actúa, pero apenas puede dar cuenta de esos aciertos a diferencia de la clínica y el dispositivo analítico. Lacan despertaba a su amiga Marguerite Durás de madrugada para preguntarle cómo había llegado a ciertos pasajes y relatos de una manera tan sutil y expedita, cuando a él le había costado décadas de investigación y clínica. El problema de fondo es: ¿Qué lugar ocupa la pieza artística contemporánea si, engendrada desde el vacío, es un agujero en lo real? José Luis Chacón. Ricorrido (riverrun): aquí tiene el sentido del río Liffey a través de la ciudad de Dublín. La frase que comienza con esta expresión constituye el complemento de la oración final del libro mediante la cual el principio del Finnegans se convierte en la continuación de su propio final formando así una unidad cíclica en sí misma. Salvador Elizondo. La heroína del cuento es Anna Livia Plurabelle, la mujer río, y ríos son el Amstel y el Garona. Fluyen los nombres fluviales en la novela, a cientos, desde el origen a orillas del Liffey, en Dublín. La primera palabra es riverrun. ¿Cómo sonaría en español “ese ruido de río que corre”? Justo Navarro. El equívoco es un híbrido en el campo de la lengua, una quimera, una esfinge. Como ser mixto, hermafrodita, no está sujeto a la clasificación inequívoca, y esa es su manera de subvertir el dualismo (imaginario) del o…, o… Sin embargo, en su indefinición radica también la imposibilidad de su traducción, y en la medida que cada elemento lingüístico participa en mayor o menor medida en la estructura del equívoco, esta refiere también a la imposibilidad misma de traducir. Max Kleiner. Mi cabeza está llena de guijarros y cerillas rotas y trozos de cristal recogidos de casi todas partes. James Joyce.
O dímelo to de Anna Livia! Quiero oírlo to de Anna Livia. Bueno, conoces a Anna Livia? Sí, claro, tol mundo conoce a Anna Livia. Cuéntamelo to. Cuéntamelo ya. Te vas a morir cuando te enteres. Bueno, ya sabes lo del viejo calandrajo ganforro que hizo lo que sabes. Sí, ya lo sé, sigue. Lava listo y no despatrickes. Súbete las mangas y desmarra tu farfulla. Y no me empures -soo!- cuando te encorves. O lo que tresaran soltar que intrestó doser en el Parque Findio. Es un viejo carona asqueroso. Mira qué camisa! Mira qué sucia! Me tiene tol agua ciénegra. Y en sopapa y en emplasta desde el vikingo pasao astahora. La habré lavao veces? Me sé de memoria los sitios que gusta engolfar, dudublercodiantre! Frisando mis manos y apiolando gazuzas pa hacer públicos sus sucios pingajos. Batea l’o bien con la bateya y límpialo. Tengo las muñecas mohosas de frotar las mancas manches. Los beerloches del randas y las gangres de su vicio! Qué fue lo que hizo que dicen que fizo en Animal Domini? Y cuánto tiempo bañolas a piedra y lodo? Fue novicia lo que hizo, nietoloesperas, es pior, el Rey frentético Humphrey, con pulísitas ararnas, aventis y tos. Pero Tonal dirhem. Sé que sí. Tempo corriente no aguarda a la gente. Quien prima verea así baja marea. O, sobado estrupador! Sinvergaonzoneando el martrimonio y foliando a barlovento. James Joyce traducido por Francisco García Tortosa. |
O ¡Cuéntame todo sobre Anna Livia! ¡Quiero oírlo todo sobre Anna Livia! Bien ¿Conoces a Anna Livia? Sí, por supuesto, todos conocemos a Anna Livia. Dímelo todo, dímelo ahora. Te vas a morir cuando lo oigas. Bueno, ya sabes, cuando al tío viejo se le cruzaron los cables e hizo lo que ya sabes. Sí, lo sé, sigue. Lava y no te disperses. Arremángate y suelta la lengua. Nome embistas -soooo- cuando te inclines. Lo que fuese que ellas intentaban trestear él intentaba bichear en el parque del pájaro malo e inmortal. ¡Es un viejo verde asqueroso! ¡Mira su camisa! !Mira qué sucia! Me ha puesto el agua negra. En remojo de agua sucia desde hace una semena. ¿Cuántas van desde que lavo? Me sé de memoria los sitios que le gusta pringar al cerdo sucio cabrón padre. Abrasándome la mano y matando de hambre mi hambruna para airearle los trapos sucios. Dale bien con tu batalla y lávalo. Mis muñecas están oxidadas de frotar las manchas de moho. Hasta las rodillas de humedad y la gangena del pecado en ella. ¡Menuda historia rabizó el día de San Antón! ¿Cuánto tiempo estuvo bajo llave? Lo que hizo salió en los periódicos, lo bueno y lo malo, Humphrey, el fiero rey sonrojado, con jodiondas secreciones ilegales, explotaciones y demás. El tiempo lo dirá y follará todo dios. Lo conozco bien. El tiempo indómito no historizará a nadie. Todo lo que sube baja. ¡Oh, el viejo basto estuprador! Mezclomeando el pelo con la lana. James Joyce traducido por un grupo de gente. |
La literatura siempre va dirigida al futuro –de algunos escritores estamos intentando, cien años después, ser sus contemporáneos. Nada extraño tiene por tanto el considerar la literatura como profecía. Y como en el caso de los oráculos, el ser consciente d elo que va a pasar es un tormento atroz para el que lo sabe, el que escribe. Sabe algo que no le deja vivir. Lo que profetiza un escritor es siempre el fin de la literatura. La literatura va dirigida a un futuro donde ya no hay literatura. Dora García. ¿Qué es el exilio sino una forma de utopía? El desterrado es el hombre utópico por excelencia […], vive en una constante nostalgia de futuro. Y la literatura es la forma utópica de la conversación porque anula el presente y hace del futuro el único lugar posible del diálogo. Ricardo Piglia. Piensa que el lector lo produce el texto, que no pre-existe al libro. Piensa que sostener lo contrario es caer en la trampa imaginaria. El lector de Finnegans Wake no hay que ir a buscarlo a ningún lado fuera del Finnegans Wake: es un efecto suyo. Y quien dice lector dice sujeto: Finnegans Wake no está escrito “para” nadie. Está escrito. Y su lectura engendra un sujeto determinado. Una lectura colectiva no produce, no escribe, una subjetividad, sino una comunidad, que crea entre sus miembros individuales vínculos muy especiales. Paco Baena. Entonces, si Finnegans wake no es una novela sobre el lenguaje hecha de lenguaje, ¿qué se supone que es? ¿Una obra sobre el alcohol? ¿Una obra sobre la esquizofrenia de la hija de Joyce? ¿Sobre el modo en que opera la mente? ¿Sobre opio y marihuana? ¿Una obra cubista que se mueve y cuya estela no es ya figurativa? ¿Qué es Finnegans wake? ¿Un intento dionisíaco de completar al apolíneo Proust? ¿La anunciación de que, tras haber agotado la democrática, la aristocrática y la teocrática, llegaba la fase caótica de la historia? ¿Una novela que cuenta cómo su protagonista, HCE, se convierte en Tim Finnegan, protagonista borracho de una canción cómica irlandesa? ¿De cómo esa fusión se funde, a su vez, con el mítico héroe irlandés Finn que también es, a su vez, una montaña? Puede que sea todo eso. Pero el personaje principal no es HCE, ni Tim Finnegan, ni Dionisos, ni una sustancia psicotrópica, ni la hija de Joyce, ni un cerebro abierto. El protagonista es el lenguaje. Harold Fuckfield. Una exposición no debe de tratar de tomar el poder sobre los espectadores, sino proporcionar recursos que incrementen la potencia del pensamiento. Didi Huberman. El ser torpe o desaliñado, el hablar o moverse equivocadamente, es ser un gigante peligroso, un destruidor de mundos. Como todo psicótico o cómico bien sabe, un movimiento en falso ejecutado con precisión puede agujerear la delgada tela de la realidad inmediata. Irving Goffman. La exposición como máquina de guerra implica que no se reduce a un único resultado, sino más bien que no termina nunca y sigue generando nuevas experiencias porque se basa en el montaje que en sí mismo constituye un proceso abierto a infinitas posibilidades. De eso trata “Continuarración”, es una obra inacabada, sin final, porque continúa en este libro y en las versiones que sus lectores, sus espectadores, sean capaces de construir. Yolanda Romero.
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