Dos semanas antes de la reunión del G8 en Alemania del pasado 2007 tuvo lugar otra cumbre, relacionada con iniciativas no alineadas en la cultura educativa. En palabras Florian Schneider, pese a tomar prestada la gramática de las reuniones de Estado, esta (anti)cumbre no era ni una conferencia, ni un foro, ni un espacio abierto, sino una estructura experimental diseñada para descubrir qué sucede cuando los individuos, agentes y protagonistas de proyectos llegan como delegados, pero no pueden hablar en representación de una institución, un grupo de interés o una organización profesional, ni, por supuesto, de una Nación estado.
Los debates de esta cumbre giraron en torno a pedagogías colectivas y radicales, los roles cambiantes de la educación, la posible formulación de la inteligencia colectiva, la localización de la izquierda y las nuevas formas de trabajo y poder. Junto a importantes participantes, la Summit Kein contó con numerosos talleres y espacios de trabajo. El resultado de las jornadas y los diferentes debates pueden seguirse en este sitio web.
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