No tengo nada en contra de los gestores, pero un museo debe ser dirigido por académicos e intelectuales, preocupados por hacer las colecciones sin estructurarlas como botines de guerra, o por construir nuestra memoria sin expoliar la de otros (…). Los museos (…) siguen coleccionando de forma colonialista; deberían ser custodios y no propietarios de las obras, y no seguir las leyes de mercado, basadas en la escasez de bienes. No hablo de un picasso o un pollock, sino de vídeos y otros soportes contemporáneos que permiten la creación de colecciones-archivos compartidas. Cuestionar las leyes de propiedad, replantear el tema de derechos y de honorarios de los artistas: ahí podemos tener peso.
Palabras del nuevo director del CIMAM.
Un paso adelante excelente para el arte contemporáneo español, que esperemos de sus frutos pronto en nuestro país. Sin embargo, pese a que comparto el sentir con el que Borja-Villel expresa sus reticencias a los gestores en favor de los académicos e intelectuales, opino que el puesto de dirección de un museo no es de un intelectual, un académico o un crítico de arte… sólo. Para mí no hay duda de que es necesario tener una altísima capacidad de gestión, cualidad que no necesariamente han de tener los profesionales anteriormente citados. Hay que saber de equilibrio entre los distintos elementos que componen una institución de esa embergadura, en los que la parte más visible es el arte, pero que se consiguen gracias a la feliz conjunción de otros muchos elementos.
En cualquier caso, no hay duda de que los patronatos de los museos han de tener una presencia muy importante de críticos, intelectuales y artistas.
Manuel, un placer leerte de nuevo por aquí, y no puedo estar más de acuerdo con lo que has escrito.
Parece que se avecinan tiempos revueltos en el arte contemporáneo de Madrid: MNCARS, ARCO… A ver si las buenas prácticas se extienden entre el sector y entre quienes las predican. Creo que estamos ante un momento crucial. A ver cómo y hacia dónde se dan los pasas