Hace ya algunos años nos pareció oportuno unir el pensamiento en torno al color, presente en la obra de quien definía lo cromático como lo inasible en la pintura, José Guerrero, y la reflexión desarrollada en diferentes proyectos sobre el cine de exposición y el vídeo como documento en una misma exposición.
Y nació la idea de proponer este viaje, que a la fuerza tenía que ser estimulante, por la investigación del color que ha llevado a cabo la imagen-tiempo. Esta exposición presenta algunas de las infinitas rutas posibles por este territorio.
El título de la muestra, compuesto de los elementos cromo y cronos podríamos traducirlo como tiempos de(l) color, o bien como color y tiempos, y fue ya introducido por el pensador Gilles Deleuze, que lo tomó de una obra del compositor Olivier Messiaen, conocido por sus vivencias sinestésicas, gracias a las cuales le era dado ver el color de los sonidos en el tiempo. Deleuze propuso el neologismo para denominar, dentro de la sutil analítica que llevó a cabo en su curso sobre la imagen, la figura del tiempo derivada de la imagen-luz. Pero no está en nuestro ánimo remitir a la compleja argumentación del filósofo para explicar el término. Es cierto que sirve como homenaje a quien más lejos llevó el pensamiento sobre la imagen cinematográfica.
Pero el uso que proponemos de él es más libre. Se trataba de comprimir en un concepto el campo de relaciones posibles (o imposibles) entre la imagen en movimiento y el color.
Sin pretender una exhaustividad inverosímil para representar, siquiera someramente, universo tan vasto, optamos por trazar un recorrido que obedeciera, sí, a un sentido, pero en el que lo principal fuera el poder de sugestión de las propias obras en exposición. Y así, reunimos una serie escogida de obras fundamentales de hasta tres momentos fuertes de la historia del arte reciente, especialmente por lo que se refiere a nuestro objeto de interés.
Cada uno de esos (laxos) lapsos temporales, además, nos permitía configurar un horizonte preferente de intereses de la época, lo que facultaba para dibujar tres formas diferentes de acercarse a la cuestión del color desde la imagen-movimiento.
Así, en primer lugar, la derivada de la opción experimental que desplegaron las vanguardias clásicas, que siguió viva una vez descubierto el cine en color; representado por Oskar Fischinger, Norman McLaren, Stan Brakhage y José Antonio Sistiaga.
En segundo lugar, la propugnada por los nuevos comportamientos de las neovanguardias, en las que tan importante fue la performatividad, con trabajos de Bruce Nauman, Richard Serra, Bas Jan Ader, Lawrence Wiener, John Baldessari y Eugenia Balcells.
Finalmente, la que se extrae de la actual implicación de los discursos artísticos en los más variados debates socio-críticos, donde destacan Anri Sala, Stephen Dean, Hito Steyerl y Grace Ndiritu para la última.
Os esperamos a todos a partir del viernes.
Deja una respuesta