Vía el fantástico VVORK, viene este proyecto de la artista Seiko Mikami , el cual consiste en la materialización de aquella anécdota de John Cage y su reconocimiento como espectador en una cámara anecoíca a través de un impulso anti-visual. El visitante penetra este ámbito libre de eco y tras un breve instante, los altavoces amplifican el sonido de sus órganos vitales a toda la sala -respiración, circulación sanguínea, etc…-, devolviendo una construcción demasiado física, casi visceral, de la contemplación. Sirva esto para recordar que el comisario de La Exposición Invisible estará esta próxima semana realizando un recorrido guiado por los diferentes trabajos de la muestra.
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