La serie Drawing for Projections de William Kentridge, de la que el pasado verano exhibimos Stereoscope, ha servido a Rosalind Krauss para hablar de la condición postmedia, disfrazada de una vuelta a medios expandidos, a través de la introducción del tiempo, del error, de las capas de significado en los borrones, de la propia materialidad, del cómo se hace, en la gestación del significado en la superficie bidimensional del dibujo. Un ejemplo bastante temprano de este dibujo ampliado es la llamada primera animación, un film de 1908 realizado con más de 700 dibujos, que revela una arqueología cinematográfica relacionada con lo mágico -la vuelta del cine a su lugar de exposición, el circo, el teatro o la barraca de feria, que dirían mi amigo Carlos Martín y Basilio Martín Patino -, no es de extrañar su título,Fantasmagoría. Su autor, Emile Cohl.
(vía expanded cinema)
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